De su vida...

Lo primero que hizo al llegar fue abrir el viejo baúl para recuperar sus empolvados recuerdos. Cuando se dio cuenta que habían robado el más preciado, puso el grito en el cielo.
«Quién tiene mi recuerdo?!»
Muy afanada empezó a describir éste a todos aquellos que podrían tenerlo, quizá alguien lo tomó prestado o simplemente lo cambió de baúl.
Todos la miraban asombrados o curiosos, mas no faltó aquel que la miró con lástima.
Después de mucho tiempo escuchándola, un valiente se animó a decirle la verdad.
«Nadie vio tu recuerdo porque nunca existió… tú no puedes recordar esas cosas porque en realidad nunca estuviste enamorada»